Molano y la transparencia fiscal
Jorge Hermann Director Hermann Consultores
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Jorge Hermann
“Las cuentas fiscales de Chile son un desastre” dijo Walter Molano, economista de BCP Securities, en octubre de 2002 por lo disonante de las estimaciones de la deuda pública entre el gobierno y los analistas. Frente a ello, el ministro de Hacienda de la época, calificó de politiquería las críticas y anunció la publicación de un informe sobre la deuda pública consolidada, más el compromiso de entregar con mayor premura y detalle los datos fiscales.
Dieciséis años después, revuelo ha causado el aumento del gasto fiscal comprometido sin financiamiento por US$ 5.567 millones para el periodo 2018-21. Frente a esto, dos exautoridades de Hacienda y la presidenta del Consejo Fiscal Asesor señalaron que la cifra es equívoca, porque es correcto hablar de “presiones de gastos” y que se debe considerar no sólo gastos sino que también ahorros eventuales.
Entonces, ¿qué tienen en común la crítica de Molano con la actual coyuntura?, la respuesta es la falta de transparencia fiscal, nuevamente; y ¿qué son los gastos comprometidos?, veamos:
En septiembre de cada año, en pleno debate presupuestario, el gobierno debe informar la proyección financiera del sector público para los próximos tres años. Clave en el análisis es el gasto comprometido igual a la continuidad operativa del Estado más la provisión de gastos de los proyectos de ley en trámite.
Así, en caso de que la diferencia entre el gasto comprometido y el gasto compatible con la meta fiscal del déficit estructural sea negativa, significa que no existen recursos monetarios para solventar nuevas políticas públicas a futuro, el leitmotiv del actual ministro de Hacienda. Así las cosas, hablar de presiones de gastos se refiere a aquellos que con una buena gestión estatal podrían llegar a ser nulos en el futuro, pero como todos sabemos, la inanición estatal es de tal magnitud, sobre todo en salud y educación, que es bastante probable que estas presiones se trasformen en compromisos en el futuro.
Más allá de esta discusión semántica, el fondo está en la transparencia fiscal en que la Dirección de Presupuestos (Dipres) se encuentra al debe. En 2016, la Dipres informó que no era posible financiar los gastos comprometidos por cerca de US$ 1.800 millones, lo que causó inquietud en el Congreso y generó el compromiso de revisar los cálculos por parte del ministro de Hacienda. Al año siguiente, la Dipres se empeñó y planteó dos escenarios probables con la sorprendente cifra sobre que ahora sí era posible financiar los gastos comprometidos y, además, ¡existía una holgura presupuestaria de US$ 2.300 millones! En la actualidad, la Dipres informó por goteo el aumento y ahorro de gastos, sin mencionar cuales programas públicos cerrará. Todo esto perjudica la credibilidad de las finanzas públicas.
En definitiva, la crítica de Molano trasciende en el tiempo, por lo que es necesario ordenar y transparentar aún más la gestión de las finanzas públicas, junto con crear por ley un Consejo Fiscal independiente con un rol de contrapeso técnico de la autoridad fiscal de turno como en Reino Unido y Portugal.